Puedes iniciar sesión en Trip Troupe con tu cuenta de Twitter, quedando así vinculada para que puedas compartir fácilmente tus contenidos.
Es por esta razón que te PEDIMOS LOS PERMISOS DE ESCRITURA en tu cuenta de twitter.
DECLARAMOS: que nunca utilizaremos esos permisos para publicar publicidad alguna ni cosas en tu nombre, y que cada twit que se envíe desde Trip Troupe tendrá que contar con tu aprobación.
Trayecto: Beni Aamer - Ouled Boughadi
Distancia recorrida: 118 km
Tiempo circulando: 9:00 horas
Velocidad media: 12 km/h
Tiempo: Sol calor y viento
Me desperté y Langkawi me abrió las puertas de su casa-tienda para desayunar un aceite con pan y aceitunas ricamente hasta que unas gotas de sangre aparecieron de mi nariz inexplicablemente, debía ser el calor del día anterior que se mostraban de esta manera y me dejaba preocupado para todo el día y no era para menos.. .
Me limpié con agua, me aseé y sin poder parar me puse a pedalear esperando que la mañana, algo fresca, me quitará kilómetros para luego pararme al mediodía. Con todo el pedaleo deseaba que el sol no apretara tanto.
Pero me equivocaba y el cielo no respondió a mis súplicas y otra vez de nuevo el sol dejó su huella en forma de calor llegando a los 50 grados, 5 grados menos que mi máximo en Australia. Demasiado calor para pedalear, pero aún así pedaleaba y pedía elma (agua) por todos los lados hidratándome y bebiendo cuanto podía. Unos 6 litros de agua contabilicé en el día de hoy mas otros tantos que me echaba por la cabeza en modo de cubo cada vez que podía.
Para comer tuve la suerte de que un pozo el agua no fluía, a lo lejos, al otro lado de la carretera, una voz en árabe me dijo algo así como que no funcionaba pero que si quería agua él me la podía ofrecer. Acepté gustosamente y casi obligadamente por ese infierno soleado. Después del agua, me dio un té y después del té un baño y con un abrazo y un ofrecimiento para que me quedase dormir y no continuar con ese calor; pero como decía, la prisa me pedía que continuará para no perder demasiado tiempo y ya me despedí.
Continuando por caminos de piedra sin asfaltar en el que la dificultad se multiplicaba ya me cansé del todo.
Al atardecer empecé a preguntar a la gente de alrededor si conocía algún lugar donde dormir y sólo conseguí agua, pan y un batido de leche directamente proveniente de la vaca, la cual me señaló al preguntarle sobre el producto que me había dado para probar.
Continué la marcha de noche, ya que no podía hacer mucho más por esos lugares hasta que llegué a una villa. Al primer señor que vi sentado en sacos de paja le pregunté si conocía algún lugar para dormir y me respondió con un rotundo, no, por lo que, algo nervioso, seguí preguntando donde podía dormir y hasta que me ofreció tomar agua seguido de fruta y un té.
Poco a poco se fueron reuniendo amigos suyos a su alrededor y con charlas en el idioma de los signos nos entendimos, aunque más de una vez las situaciones se tornaban algo cómicas.
Después de un rato me invitaron a entrar a su casa y otro chorro de sangre me cayó inesperadamente desde mi nariz. Al ser el segundo en el mismo día ya me empecé a preocupar y con una comida y más charlas parecía difícil poder descansar pero realmente la cena a base de patatas con carne estaba deliciosa.
Seguimos la charla viendo la tele con una serie india mientras me hablaban hasta que me dormí, momento en el que me prepararon una alfombra en el suelo y a dormir. El día había ido de mal en peor; pero salvado por la buena gente, que de nuevo y en un país como Marruecos, demuestran ser más que egoístas carneros islámicos tal y como los quieren pintar en algunos medios de comunicación.
Pertenece al diario: La vuelta al mundo
25 / 07 / 16