Distancia recorrida: 14 km
Tiempo: Solano que da alegria

En mi primero de los días libres, hasta que me dieran el visado, aproveché para hacer algunas cosas que aún no había podido hacer, como visitar el castillo más visitado de todo Japón.  Eso no quiere decir que sea el más bonito, ni el más grande, ni siquiera el más antiguo.  Es, más que nada, el atractivo turístico más valorado de Osaka.

Como yo ya tenía el Japan rail pas, caducado decidí ir hasta allí andando y como el sol achicharraba de lo lindo a los 10 minutos de andar ya estaba sudado hasta los pies. Pasé por el museo de la ciencia, antes de atravesar la calle más ancha, para llegar al parque del castillo. Desde ese punto ya se empezaba a ver el castillo, encima de una montaña artificial construida hacia miles de años por los diferentes clanes que habitaron en el lugar. 
Un par de anillos de caudales de agua protegían el castillo de los ataques y, aun así, este castillo, como tantos otros, habían sido destruidos y reconstruidos varias veces a lo largo de la historia. Tanto que, ahora el interior, es un modernismo museo.

El castillo se paga entrada: 500 yenes. El museo es interesante y sus cinco plantas contienen un montón de historia. En su interior hay cosas muy curiosas. Lo mejor, en mi opinión, el mirador que hay en la última planta.

Luego he dado un largo paseo por sus alrededores, el parque y demás. 

Para rematar el día he vuelto, paseando por las calles de las gueisas, con la suerte que he podido conocer a una de ellas. Hemos hablado un rato y me ha dejado con la boca abierta de algunas cosas que tiene que hacer por el momento ue la paga. Yo no querría estar en su pellejo ybla educacion peròperò uebha tenido es demasiado maecada pero ella amaba su vida como a poca gente libre lo he visto hacer.