Puedes iniciar sesión en Trip Troupe con tu cuenta de Twitter, quedando así vinculada para que puedas compartir fácilmente tus contenidos.
Es por esta razón que te PEDIMOS LOS PERMISOS DE ESCRITURA en tu cuenta de twitter.
DECLARAMOS: que nunca utilizaremos esos permisos para publicar publicidad alguna ni cosas en tu nombre, y que cada twit que se envíe desde Trip Troupe tendrá que contar con tu aprobación.
Trayecto: Marrakech - Beni Aamer
Distancia recorrida: 120 km
Tiempo circulando: 6:00 horas
Velocidad media: 16 km/h
Tiempo: Sol y viento
Una jornada intensa en lo que se refiere al calor y tengo que decir que ya hacía mucho tiempo que no tenía la sensación de asfixia y de no poder más; pero la tuve en un día que los 47 grados Celsius fueron rebasados de manera radical y fulminante para mi cuerpo.
Salí con calor pero sin problemas de Marrakesh bien temprano. Cuando me quise dar cuenta y sobre lis 25 kilómetros ya estaba empapado de sudor y con la boca seca.
Pasé momentos difíciles y no podía más que exhalar con dificultad sintiendo como el aire caliente, provenientes del mismísimo infierno, me frenaba y me dejaba sintiéndome mal.
Comí un bocadillo en la sombra sin querer moverme de ahí con algo que aún me sobraba de los días anteriores junto al salami y queso que compré la noche anterior en Marrakech.
Por el camino algún pozo de agua me servía para mojarme la cabeza y meter el casco en su interior; pero nada podía hacer para evitar tal tortura ya que a la media hora volvía a estar seco y sintiendo cono el sol me freía los sesos y mi piel.
Pasó el día y al atardecer el cielo empezó a nublarse con amenaza de tormenta. En una aldea pregunté si sabían algún lugar donde dormir, ni el idioma ni mis gestos me ayudaron a conseguir respuesta. Al rato y cuando ya no podía más, vi unos señores sentados, en forma de corro, delante de una tienda de comestibles y volví a intentarlo. Uno de ellos , sabía italiano con lo que no hubo la barrera del idioma como la anterior vez.
Los señores muy majos al escuchar mi historia a través de Mohamed, el señor que había vivido en Italia, me ofrecieron acampar delante de la misma tienda de Langkibir, así se llamaba el amable hombre, y además de eso me invitaron a tomar el cei (te) con ellos.
Aún mostrando mas hospitalidad y mientras conversábamos a través de Mohamed, me invitaron a tomar pan con aceite de oliva. La tormenta al final llegó con cuatro gotas y viento; pero la hospitalidad que cada vez más mostraban fue genial e incluso me invitaron a cenar una ensalada marroquí, que a partir de ahora, será uno de mis platos favoritos. Un plato sencillo de tomate picado a cuadros pequeños y cebolla con cilantro y a la que se le podía añadir pepino, a parte del aceite de oliva y la sal.
Para terminar hubo un momento raro cuando me pidieron el pasaporte por seguridad ya que querían estar seguros de que no era peligroso y comunicarse con la policía dando mis datos, por si algo pasaba durante la noche, aunque me aseguraban que era un sitio muy tranquilo.
Ya terminados los papeles y todos contentos nos fuimos a dormir y con unas “buenas noches”, tanto de Asma como de Joseph, los hijos menores de Langkawi y de los que me habían servido agua sin cesar, ya nos dormimos contentos, yo en mi tienda en la puerta y con la bici en el interior de la casa.
Pertenece al diario: La vuelta al mundo
24 / 07 / 16